Otro domingo que madrugamos, otro más que quedamos en la plaza del pueblo, eso sí un poco antes de lo habitual, éste toca coger el coche y hasta Béjar marchar.

    Creo que unos más, otros menos, pero todos tenemos un gran respeto a la prueba que nos vamos a enfrentar.

     Ninguno la habíamos corrido, no conocíamos el circuito, solo de comentarios, que esperábamos que fueran exagerados, de batallitas, que los corredores somos tan dados a contar.

    Llegamos a Béjar con el tiempo justo, en busca de Oscar nos vamos, que estaba nervioso por las noticias que le hacíamos llegar a través del "whatsapp”. El café reglamentario a toda prisa, nos preparamos y a la línea de salida, sin apenas calentar.

    En la salida no había apreturas ni empujones, tan típicos últimamente en las carreras, incluso corría el aire, pistoletazo de salida que se hizo esperar, porque el arma no quería disparar.

Leyendo la crónica del señor del mazo, he recordado lo dura que me pareció la carrera, llena de alternativas, pero con una constante, el sufrimiento, debido a su dureza, tanto subiendo, como bajando.

Pero no sería justo centrarse solo en eso, pues esta Media es mucho más, primero de todo es distinta, es familiar (ni 200), es generosa en ánimos y detalles, pero quizá me quedo con que es preciosa, los sitios que recorre son para enmarcar.

Es una carrera para gente que quiera disfrutar de su deporte favorito, y digo disfrutar aunque parezca paradójico después de lo que hemos contado.

Pocas caras desconocidas vi en la línea de salida, los 200 de siempre, los locos que corren, allí estábamos, ni 200. Entre ellos seis de los Rojos de DCabrerizos; Satur, José Luis, Mario, Alfonso, Óscar (campeón) y Toni. (Al año que viene seremos más)